- ¿Como quieres que demuestre que soy yo mismo? Espera... ¿tu has oído hablar de mi?- preguntó elevándose más en el aire .
-En los cuentos.-respondió Ivy sonriendo tímidamente - Vale ya sé ¿ Dónde vives?
- En el País de Nunca Jamás. La segunda estrella a la derecha.- recitó lanzandole una mirada pícara al tiempo que señalaba el cielo.- ¿Quieres venir? Te enseñaré a volar. Solo tienes que ...
- ¿Pensar cosas bonitas?- se sonrojó después de interrumpir al chico y casi no se dio cuenta de como sus pies se desprendían del suelo.
Él se limito a asentir dibujando una radiante sonrisa en su rostro, pero ese gesto hizo que la niña se pusiera seria y descendiera de nuevo.
-Peter, yo no puedo ir.- ante la cara de asombro del muchacho trató de explicarse- Tengo una enfermedad.
La observo atentamente y de repente se acercó hasta que sus ojos estaban a unos centímetros de distancia. Ella abrió mucho los párpados sorprendida mientras la observaba concentrado. Sin cambiar su expresión de curiosidad el niño preguntó:
-¿Donde la tienes?
A lo que la niña respondió riéndose.
- ¿Seguro?
- ¿Parezco yo enfermo?- dio vueltas en el aire a toda velocidad y después se posó sobre el escritorio.
- Está bien-dijo la niña elevándose lentamente.- !Tendré que dejarle una nota a Sophie!
Tomó un papel del cajón de la cómoda y una pluma. Garabateo con prisas unas cuantas lineas y le hizo una seña a Peter al tiempo que atravesaba la claraboya. Bajo volando al piso inferior y se deslizó cruzando la ventana. Besó la frente de la institutriz y apoyó la nota en una silla. Salió de la casa introduciéndose en la cálida noche. Buscó al niño en la oscuridad y le encontró con facilidad gracias a Campanilla. Se sonrieron y el cielo nocturno los recibió en su oscuridad
No hay comentarios:
Publicar un comentario