No podía bajar las comisuras de sus labios. El agua cálida que tenía alrededor hacía que se mantuviese despierta, aunque aun así tenía la sensación de que no necesitaría dormir nunca más. De repente se dio cuenta de que no tenia idea de donde se encontraba así que emergió. Empezaba a amanecer y la superficie dorada y brillante del agua la deslumbró un instante y vio unas sombras en el puerto. Bajo un poco la cabeza asegurándose de no ser vista, era fácil, su cabello rubio se camuflaba muy bien con los rayos del sol. Las figuras oscuras gritaban moviéndose de forma violenta : estaba segura de que peleaban. Una silueta pequeña como de un niño salio despedida al agua tan rápido como un suspiro. Nadó deprisa hacía allí y vio a una niña de unos once años hundiéndose cada vez más y agitando frenéticamente brazos y piernas. En unos segundos estaba agarrando a la asustada muchacha y tirando con fuerza de su cuerpo para arrastrarlo a la orilla por mucho que se retorciese. Sintió como otro cuerpo más pesado caía también al agua pero no le dio importancia. Cuando la niña estuvo a salvo en la arena volvió atrás y se encontró un chico de su edad. Sid .Tenía cerrados los ojos y no se movía. Un corte fino se extendía desde su mejilla a su ceja. Le acababan de dar una paliza. Lo llevó a la misma playa que a su hermana y el chico recuperó la consciencia.Viendo su aspecto tartamudeó deprisa pero ella le puso un dedo en los labios.
- Sid prométeme que no se lo diréis a nadie.- el la miró a la cara y asintió.- Llévate a Lorena corriendo de aquí y no me escuches, ni se te ocurra escucharme.
Él tomó a la niña de la mano y salieron lo más deprisa de la playa que pudieron.
-¡ Se escapan!- gritó una voz masculina
Empezó a tararear una canción de una película y dos figuras grandes cayeron en el agua. Se sumergió sin dejar de cantar con dos hombres siguiéndola. Estaban ya muy lejos de la costa , muy lejos del aire. No tenían escapatoria. Se hundieron deprisa viendo la última cosa que verían : Como May se alejaba nadando. Ella comprobó su teoría eran ladrones y habían atracado a su amigo e intentado librarse de el y de su hermana.
martes, 10 de septiembre de 2013
lunes, 2 de septiembre de 2013
Nunca jamás 2
-¿Peter Pan ? Pero eso es... imposible.¡Demuestra que lo eres!
- ¿Como quieres que demuestre que soy yo mismo? Espera... ¿tu has oído hablar de mi?- preguntó elevándose más en el aire .
-En los cuentos.-respondió Ivy sonriendo tímidamente - Vale ya sé ¿ Dónde vives?
- En el País de Nunca Jamás. La segunda estrella a la derecha.- recitó lanzandole una mirada pícara al tiempo que señalaba el cielo.- ¿Quieres venir? Te enseñaré a volar. Solo tienes que ...
- ¿Pensar cosas bonitas?- se sonrojó después de interrumpir al chico y casi no se dio cuenta de como sus pies se desprendían del suelo.
Él se limito a asentir dibujando una radiante sonrisa en su rostro, pero ese gesto hizo que la niña se pusiera seria y descendiera de nuevo.
-Peter, yo no puedo ir.- ante la cara de asombro del muchacho trató de explicarse- Tengo una enfermedad.
La observo atentamente y de repente se acercó hasta que sus ojos estaban a unos centímetros de distancia. Ella abrió mucho los párpados sorprendida mientras la observaba concentrado. Sin cambiar su expresión de curiosidad el niño preguntó:
-¿Donde la tienes?
A lo que la niña respondió riéndose.
- De todas formas puedes venir- continúo el niño recuperando el tono relajado de la conversación.-Allí no te pasará nada.
- ¿Seguro?
- ¿Parezco yo enfermo?- dio vueltas en el aire a toda velocidad y después se posó sobre el escritorio.
- Está bien-dijo la niña elevándose lentamente.- !Tendré que dejarle una nota a Sophie!
Tomó un papel del cajón de la cómoda y una pluma. Garabateo con prisas unas cuantas lineas y le hizo una seña a Peter al tiempo que atravesaba la claraboya. Bajo volando al piso inferior y se deslizó cruzando la ventana. Besó la frente de la institutriz y apoyó la nota en una silla. Salió de la casa introduciéndose en la cálida noche. Buscó al niño en la oscuridad y le encontró con facilidad gracias a Campanilla. Se sonrieron y el cielo nocturno los recibió en su oscuridad
- ¿Como quieres que demuestre que soy yo mismo? Espera... ¿tu has oído hablar de mi?- preguntó elevándose más en el aire .
-En los cuentos.-respondió Ivy sonriendo tímidamente - Vale ya sé ¿ Dónde vives?
- En el País de Nunca Jamás. La segunda estrella a la derecha.- recitó lanzandole una mirada pícara al tiempo que señalaba el cielo.- ¿Quieres venir? Te enseñaré a volar. Solo tienes que ...
- ¿Pensar cosas bonitas?- se sonrojó después de interrumpir al chico y casi no se dio cuenta de como sus pies se desprendían del suelo.
Él se limito a asentir dibujando una radiante sonrisa en su rostro, pero ese gesto hizo que la niña se pusiera seria y descendiera de nuevo.
-Peter, yo no puedo ir.- ante la cara de asombro del muchacho trató de explicarse- Tengo una enfermedad.
La observo atentamente y de repente se acercó hasta que sus ojos estaban a unos centímetros de distancia. Ella abrió mucho los párpados sorprendida mientras la observaba concentrado. Sin cambiar su expresión de curiosidad el niño preguntó:
-¿Donde la tienes?
A lo que la niña respondió riéndose.
- ¿Seguro?
- ¿Parezco yo enfermo?- dio vueltas en el aire a toda velocidad y después se posó sobre el escritorio.
- Está bien-dijo la niña elevándose lentamente.- !Tendré que dejarle una nota a Sophie!
Tomó un papel del cajón de la cómoda y una pluma. Garabateo con prisas unas cuantas lineas y le hizo una seña a Peter al tiempo que atravesaba la claraboya. Bajo volando al piso inferior y se deslizó cruzando la ventana. Besó la frente de la institutriz y apoyó la nota en una silla. Salió de la casa introduciéndose en la cálida noche. Buscó al niño en la oscuridad y le encontró con facilidad gracias a Campanilla. Se sonrieron y el cielo nocturno los recibió en su oscuridad
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